A mis amigos,
les debo su amor, su compañía, su sabiduría.
A mis enemigos (palabra fuerte, solo el que he rechazado o me ha rechazado),
les debo el impulso, la experiencia, el aprendizaje, y el cause.
Mis amigos, han sido el bálsamo.
Mis enemigos, han sido los que han corregido mi caminar.
Pero existe una discernimiento mayor...
... No he tenido ni amigos ni enemigos.
He tenido solo el regalo de ser guiada por
El Espíritu De Amor.
Aquel que se ha presentado con diversos vestidos.
Con muchos trajes de colores, texturas, sonidos,
melodías... Los cuales finalmente me llevarán al inmenso
Océano llamado : DIOS.
Gracias Amigo, Gracias Enemigo...
por traerme LA GRACIA.
